sábado, 24 de marzo de 2007

Un poco Más grande

Pónele Play




Las idas y vueltas entre la casa de mis papás y las de mis abuelos eran repetitivas. Con la llegada de mi hermano a la vida de todos creo que era más fácil para mi madre dejarme en la casa de mi abuela algunas veces porque le era imposible cuidarnos a los dos. Los hechaba harto de menos y me molestaba volver a la casa y darme cuenta de que habían cambiado una puerta o habían pintado la pieza. De alguna forma me molestaba no participar del proceso y sentirme extraña, asi como de visita.
Creo que en esos tiempos dedicaba mi tiempo a pintar, casi todo el día hacía dibujos y pintaba como cagá de la cabeza... tenía JOVI-REIN de 36 colores, no era cualquier cosa y aparte una cajita amarilla pequeña, con la tapa transparente que guardaba plumoncitos PAPER MATE de colores y uno blanco, que tenía la capacidad de cambiar el color del resto si se usaba encima de lo que ya se había pintado. Las hojas no eran problema, siempre tuve muchas, entonces dibujaba todo el día...
Luego de unos días mi mamá le dice a mi abuela que me lleven a la casa, que me quiere ver y mis abuelos complacen; habían cambiado todo de lugar en la pieza y mi papá le había hecho a mi hermano un corral -le faltan cojines- le dije a mi mamá, ella me dijo que me estaba esperando para que eligieramos las telas, me puse contenta. Nos fuimos a la zofri y me preguntó si me gustaba cada tela de las que vimos. Me compraron una máquina de coser de juguete (pero cosía)y nos fuimos a la casa. Al llegar había niños jugando casi en la entrada, mi papá busca las llaves y en eso los niños dejan de jugar y me quedan mirando... - niña nuevaaaa!!! - grita una de las niñas, la más grande y rubia del grupo, en eso mi papá nos dice que entremos, ya había abierto la puerta y yo quería ver mi máquina de coser, entré corriendo.
Pasó largo rato antes de que se escuchara un Aló coreado en la ventana de mi casa, mi mamá me mira -parece que te buscan a tí- me dice riéndose y sale a abrir la puerta. - Va a salir la niña nueva a jugar?, pregunta la misma rubia grande que antes me había visto,- voy a preguntar, dijo mi mamá y me dio miedo, eran hartos, mi mamá notó mis nervios y me acompañó a la puerta... Hola, me dice la rubia, yo me llamo Silvana, ella es mi hermana Piera, el es el Erick, el Rodrigo, Los gemelos, el diego,
el Pablo, La Sara, etc, etc... y detrás de todos ellos había alguien a quién le colgaban los mocos, tenía las patas chuñentas y el pelo corto, como nadie me lo presenta pregunto -y él quien es?- todos se ríen, -es ella- me dice la rubia, se llama Cecilia pero tiene el pelo corto.
Ese día jugamos a las pillas, contamos historias de terror y comimos picle, mi mamá salió a buscarme como a las nueve a la calle, le conté tantas cosas mientras me bañaba, estaba contenta, tenía amigos nuevos y mi mamá me dejaba estar con ellos, el que estuviera, de cierta forma, ocupada con mi hermano, tenía cierta ventaja, yo podía salir a jugar sin problemas y podía ir a la casa de mis vecinos y jugar hasta que mi mamá me fuera a buscar. Era entretenido, descubrimos el desarrollo y la muerte de una mariposa, inventamos juegos y tuvimos mascotas, formamos un club que tuvo varios nombres, hacíamos rifas, fiestas, obras de teatro en las que participaban casi todos los vecinos, pagaban entrada y participaban en todo lo que les pidieramos.

Un día nos enteramos que había muerto una vecinita atropellada, nos dió pena pero la sensación era rara, nunca se nos había muerto nadie y el ver cómo lloraban sus familiares por ella nos dejaba pa dentro, me acuerdo que caminamos todo el trayecto de su casa al cementerio, ahí igual fue fuerte, eso de que la mamá despidiera el cajón y que la metieran dentro del lugar que ya estaba preparado para ella fue chocante. Nos fuimos.
Al otro día nos juntamos debajo del arbol de la Filo, una vecina que era buena pa peliarse con el resto de vecinas por sus hijos, una vez en la sombra de "frondoso" inventamos un juego... Todos los fines de semana alguien debía morir , de mentira, obviamente... el resto, tenia que vestirse de negro, llevar lentes oscuros, flores y llorar lo más desconsoladamente posible. Entonces casi 15 domingos estuvimos de luto, a todos nos tocó morirnos y hacer de muertos en el suelo rodeados de flores mientras el resto lloraba. La mayoría de las veces costaba el llanto y no se a quien se le ocurrio que nos hecháramos cebolla en los ojos. Corrimos a buscar un pedazo a las casas de cada uno y la cosa dió resultado. Lloramos más de lo que queríamos llorar.

Nos encantaba eso de cortar la luz y tocar el timbre en donde fuera, todos los días era entretenido correr un poco y los fines de semana aún más, llegaban los primos de la Silvana y un tío, al que le gustaba tomar wisky y cuando estaba curado nos llamaba... vengan cabros de mierda!!! que andan haciendo??? hagan una fila!!!... todos hacíamos caso, lo que venía era entretenido, siempre hacía lo mismo, parece que el copete lo ponía dadiboso y se subía a un sillón a pata pelá pa tirarnos billetes de $500, habían billetes sorpresa que a veces eran de luca o de cinco mil y había que estar atento, en todo caso, toda la plata terminaba siendo helado, galletas, fonzies, bebidas y esas cosas... era pura diversión.
Luego de recoger los billetes nos fuimos a jugar al rin-rin-raja, ya habíamos dado la vuelta manzana y faltaba una casa en donde los dueños eran re brígidos. El único que no había tocado timbres era el primo, GORDON, le decíamos de cariño...Gordon no quería jugar, le daba miedo que lo retaran por andar tocando timbres y se negaba a tocar el tibre donde los vecinos brígidos, tanto lo gueviamos para que lo hiciera que al final lo hizo. Calladitos todos vamos pasando por fuera de la casa y la negra le dice -Ahora gordon, toca el timbre!!!- salimos todos arrancando y gordon toca el timbre, pero al querer arrancar se resvala en la cerámica que formaba un caminito antes de llegar a la puerta de la casa y se cae de culo; LEVÁNTAE GORDON!!! gritabamos mientras corríamos pa que no nos pillaran y en eso aparecen dos brazos por la puerta que agarran a gordon metiéndolo dentro de la casa, cierran la puerta y nosotros no sabíamos que hacer... resignados a llevarnos el reto de la historia fuimos a golpear la puerta de la vecina - SEÑORA!!! SEÑORA!!! DEVUÉLVANOS A GORDON!!! y no había caso, nadie respondía, sólo se escuchaba a gordon decir -Vayan a buscar a mi papá!!! vayan a buscar a mi papá ( el que tiraba billetes)y asustados fuimos todos a buscar al tío, le contamos, ya estaba harto cosío, pero fue un caballero, logró que soltaran al rehén de buena forma, con el compromiso de que nunca más gueviaramos con el tiembre y con la luz, fue un trueque justo.

me falta mucho por contar, esto es todo por hoy.